Jessica Jones

Jessica JonesA la estela de una Daredevil de enorme éxito para la cadena Netflix (y que justo estrena su esperada segunda temporada mañana), llegaba Jessica Jones casi sin hacer ruido, acaso como una de esas series menores de transición entre temporadas de otra de mayor envergadura.

Es imposible no compararlas cuando ambas tienen tantos puntos en común: superhéroes Marvel como protagonistas, una intención creativa de dotar del mayor realismo posible al conjunto, similar factura técnica (muy cuidada) y un guion que busca profundizar en la psique de sus personajes de una forma que recuerda más bien al cine negro clásico que al habitual cine de superhéroes. El problema es que Jessica Jones sale mal parada en la comparación.

Y es que se le ven demasiado las costuras. Efectivamente, desde el comienzo vemos notables esfuerzos por tratar de dotar a la serie de una personalidad propia, pero son vanos. A pesar del tímido intento de acercarse al neo-noir a lo Chinatown de sus primeros episodios, enseguida la serie comienza a caminar en círculos y a tomar otros derroteros más estúpidos. Los guionistas se esfuerzan por que su personaje protagonista, Jessica, nos resulte atractivo y nos identifiquemos con él, pero la fórmula es tan obvia que cansa (que si bebe alcohol, que si es desordenada y despreocupada, que si dice palabrotas…). A lo que no ayuda el monorregistro de Krysten Ritter.

Falta genio creativo. Se echan en falta escenas que despunten, que le den brillo al conjunto, como las había en Daredevil (recuerdo un par de planos secuencia magistrales). Las escenas de acción parecen dirigidas por el peor Nolan.

Y sobra metraje: a partir de cierto punto, la serie comienza a no tener nada nuevo que decir y a repetirse. Los secundarios son bastante poco memorables. Como tampoco lo es la propia Jessica, cuya omnipresencia acaba empachando. Supongo que, en fin, su súper poder tampoco mola demasiado. El final es anticlimático total.

A pesar de ello, los creativos de Netflix (sí, porque es una obra de estudio, que no de autor como lo fue Daredevil) consiguen un entretenimiento decente. Con altibajos, en general resulta interesante y mantiene una expectación razonable. El contrapunto malvado es un personaje decentemente construido, aunque recae sobre él demasiado el peso del relato. Los destellos de truculenta violencia siempre son bienvenidos.

Me entretuvo mientras la vi, pero me olvidaré pronto. Mientras lo hago, ya me estoy preparando para ver qué nos deparará Drew Goddard en su siguiente trabajo.

Nota final: 5.5/10

Carlos Rodríguez.

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